26 Oct Ke 737 Los mercados digitales decisionales como forma de conseguir una buena predicción: porque Bush ganará las elecciones
En un mensaje anterior comenté la tensión entre ¿El caos de la multitud imitadora o la inteligencia de los colectivos? (http://www.instituteofnext.com/extranet/index.asp?idm=1&idrev=1&num=728). O sea, la tensión entre la idea (común) de que las multitudes son innatamente idiotas y la idea (peregrina, según la primera) de que las multitudes son singularmente listas.
Uno de los libros que comentaba de pasada entonces era “The Wisdom of Crowds” de James Surowiecki (http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0385503865/infonomia). Un libro cuya tesis principal es que “bajo determinadas circunstancias” los grupos grandes (o sea, las multitudes) son notablemente inteligentes, de hecho más inteligentes que las personas más inteligentes del grupo.
O sea, la agregación de la inteligencia de la multitud genera una inteligencia colectiva excelente. Así, Surowiecki sugiere que en lugar de ir buscando siempre un “experto” como aquel que es más inteligente y tiene la solución para un determinado problema, quizás fuera mejor, simplemente, “preguntar a la multitud”.
Hemos dicho que este autor avisa de que, para que una multitud sea inteligente, es preciso que se cumplan unas ciertas condiciones. Según él, son cuatro:
diversidad: el grupo de personas debe ser suficientemente diverso, para que todo el espectro de posibles opiniones esté representado
independencia: cada persona decide basándose en la información individual que tiene, y no en el comportamiento de los demás
descentralización: las personas del grupo tienen un cierto grado de especialización en su área de conocimiento local (o sea, hay experiencia distribuida), y
agregación: hay algún tipo de mecanismo para recabar la opinión de los individuos con el fin de derivar una decisión colectiva
La disidencia (ideas diferentes) es vital para que un grupo piense inteligentemente.
Hay un fantástico ejemplo, creo, de cómo las decisiones colectivas son excelentes cuando se cumplen estas condiciones: el mecanismo de page rank de Google. En Google se cuenta cuantos links tiene una página desde otra página. Una página “vota” por la relevancia de otra poniéndole un link. Así, al sumar los “votos” que las demás páginas dan a una página determinada se mide la relevancia de esta última (que no su visibilidad, o sea, lo que la gente la visita).
Las “votaciones” son realizadas por millones de páginas (detrás de las cuales hay personas que las han hecho), de temas increíblemente diversos, y han puesto los links a otras páginas con gran independencia (aunque aquí quizás deberíamos discutir un poco más… porque hay algunas páginas que se convierten en referentes de facto sin que la gente ni siquiera las conozca bien, caso de los periódicos…)
Un simple nota curiosa. Hace unos días, científicos del CINDOC del CSIC me comentaban que Infonomía.com ocupaba la posición 197 en el ranking de relevancia de Google entre las páginas españolas. Un lugar muy notable, creo, puesto que estamos hablando de millones de páginas… y de que por “detrás” (en el índice page rank) nuestro hay páginas de organizaciones mucho más notables que la nuestra.
Volviendo al tema de las cuatro condiciones, me da la impresión que empiezan a aparecer algunas paradojas. Así, este es un momento de la historia en la que prácticamente las cuatro condiciones se podrían cumplir cada día. Hay, en principio, acceso a tanta información como se quiera, cada cual puede especializarse en lo que prefiera, hay mecanismos novedosos para recabar las opiniones, etc. Pero, curiosamente, es también el momento en que estamos, quizás, más desinformados, y en el que seamos más susceptibles de ser manipulados, en masa. O sea, es más difícil en la práctica asegurar que las personas son informacionalmente independientes.
Una situación triste, y grave, en vísperas de unas elecciones de impacto global como las norteamericanas de este 2004. Surowiecki se lamenta del poco nivel de información política de los electores USA, en un entorno en el que el interés privado (individual) ha eclipsado totalmente el interés público. En ese contexto uno se pregunta si el sistema de elecciones actual dará un buen resultado. Un resultado inteligente.
O sea, vistas las cuatro condiciones para que una multitud genere un resultado “sabio”, podemos preguntarnos si en estas elecciones presidenciales USA se dan los mínimos de diversidad e independencia para que el resultado sea “bueno”. Es, pues, esa democracia una democracia que funciona?
Obviamente no podemos responder… pero si que podemos ir en otra dirección en búsqueda de nueva luz
Surowiecki también comenta en su libro el interés de los mercados de decisiones para determinar la opinión de un colectivo. Se trata de espacios en los que una multitud genera un resultado no porque se le pregunte (lo que sería una encuesta) sino porque la apuesta (arriesga dinero por lo que cree más plausible).
Se trata de lugares en los que la gente puede tomar decisiones independientes. Independientes porque, en principio, se basan en la búsqueda de un beneficio personal, y por tanto, se actúa con menores condicionantes (tienen mucho que perder, es una decisión importante para sus intereses).
Un buen ejemplo lo encontramos en los Iowa Electronic Markets (http://www.biz.uiowa.edu/iem/). Un lugar fundado por la escuela de negocios de la universidad de Iowa, en el que la gente puede apostar por los resultados posibles de las elecciones políticas. La gente no dice lo que va a votar (encuesta) sino que invierte dinero en lo que cree que va a pasar (apuesta).
La diferencia está en que no te guías por lo que te gustaría que pasara, sino por lo que crees que va a ocurrir.
Al parecer, el resultado de estos mercados decisionales es, históricamente, mejor que el resultado de las correspondientes encuestas.
Si vamos a ver su página en estos días previos a las elecciones USA, veremos que la multitud apostante considera que Bush va por delante en cuanto a sus posibilidades de ganar las elecciones (se apuesta por “caballo ganador”, o sea, se gana sólo si gana por quien tu has apostado, y pierdes todo lo que has apostado si éste pierde: “winner takes all”).
http://128.255.244.60/graphs/graph_Pres04_WTA.cfm
Encontramos mercados parecidos en lugares como Intrade (http://www.intrade.com). En este mercado, las apuestas están claramente por Bush, aunque la evolución de las apuestas durante las últimas semanas muestran ciertos vaivenes, hacia arriba y hacia abajo, de los dos candidatos.
Surowiecki propone que deberíamos usar más los mercados decisionales para “extraer” sabias decisiones de la inteligencia de los colectivos. De hecho, se sorprende de que los mercados (apuesta versus encuesta) no se usen más profusamente, visto el buen resultado que parece que generen.
Veremos, en estas elecciones, si la predicción del Iowa Market es correcta o no.
Lamentablemente, los electores norteamericanos no tienen más remedio (práctico) que votar uno de los dos candidatos… que han llegado a la final por mecanismos quizás no muy transparentes (la política es un pequeño capítulo de la economía…)
Y es que, como de manera seguramente inteligente pone la revista libertaria Reason (ni izquierda ni derecha) en su portada (http://www.reason.com/),
la buena noticia es que uno de los candidatos va a perder…
la mala noticia es que uno va a ganar…
Véase el artículo sobre la (al parecer descorazonadora) historia de Kerry en las votaciones sobre libertades públicas
(http://www.reason.com/0410/fe.jb.john.shtml)
Alfons Cornella
Infonomia.com
Sorry, the comment form is closed at this time.