Nonferencias

Nonferencias

Las conferencias convencionales están muertas. Encuentras en ellas prácticamente siempre las mismas personas, con los mismos problemas e ideas. Son espacios para la endogamia mental. Las conferencias son el reflejo de una realidad de los negocios que nos ha llevado a un modelo en crisis. En un interesante párrafo en su imprescindible Karaoke Capitalism, Ridderstrale y Nordstrom ya avisaban de que una simple visita a los círculos de compra en Amazon mostraba que las personas en las empresas importantes de un determinado sector acaban comprando todos los mismos libros, a pesar de que todas esas organizaciones se llenan la boca de un discurso sobre la necesidad de perspectiva. En otras palabras, todos miran en la misma dirección, porque beben en las mismas fuentes de inspiración.

La diversidad de fuentes es un requisito imprescindible para innovar. Para encontrar hoy nuevas ideas es preciso mezclar a gente con experiencias diferentes, porque es la diversidad la que genera innovación. La libertad de la diferencia trae el futuro. Así lo entienden los creadores de nuevos tipos y formatos de encuentros que buscan la fertilización de las mejores mentes del mundo. Un claro ejemplo son los TED californianos, verdaderos encuentros con encanto, espacios sociales que facilitan montones de momentos de inspiración que resultan de personas que proceden de mundos diferentes que allí convergen. La innovación no puede surgir de personas que hurgan en su propio túnel, sino de fantasías híbridas entre especies distintas.

Hay que reinventar los actos de encuentro entre profesionales, buscando más eclecticismo y transversalidad. Posiblemente ello también implique hacerlo en espacios físicos diferentes, porque no se produce innovación en espacios tradicionales. Y hay que hacerlo de manera periódica, sistemática, para sacar a la gente de su túnel, llevarlos a la supervivencia creativa de su mente.

En Infonomia hemos tenido la ocasión de experimentar con distintos tipos de nuevos encuentros, actos de fusión de creatividades diversas, actos eclécticos, en los que personas de diferentes ámbitos, del arte, de la ciencia, de la empresa, comparten su pasión por crear, por transformar, su cultura del proyecto. Y en esos encuentros se han producido contactos entre profesionales que no se habrían producido en los encuentros verticales a los que hubieran acudido por separado. Creando las condiciones para que los inquietos se mezclen, se facilita que el underground y el upperground de la sociedad se conozcan y se interesen el uno por el otro.

Por otro lado se acaban las conferencias en las que todo está planificado previamente, en las que el mecanismo principal de conocimiento consiste en que unos saben y otros escuchan. Hoy todos sabemos algo. Todos tenemos inquietudes. Y tiene más sentido crear espacios en los que podamos todos compartir lo que sabemos, y en qué estamos innovando, que vehicular simplemente la reflexión de unos hacia el resto.

El futuro es pues de las nonferencias, de espacios sociales pensados para compartir, experimentar y conectar. El futuro de las conferencias se parece más a una cena de amigos que a un pabellón lleno de gente.

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