Pesca Rápita: el pescado más rápido

Pesca Rápita: el pescado más rápido

Los pescadores de Sant Carles de la Ràpita –en el extremo sur del Delta del Ebro– han encontrado un buen chollo en el nombre de su pueblo. Puestos a crear un servicio de entrega a domicilio de su producto, ¿qué mejor que llamarlo Pesca Rápita? Aunque está claro que lo más innovador no ha sido la marca, sino la idea de vender por internet y vía telefónica el fruto del mar recién llegado a puerto. Conseguir pescado fresco a domicilio es tan fácil como entrar en Pescarapita, escoger la especie y la cantidad que queremos comprar, y mañana podremos cenar de lujo en casa.

De hecho, Pesca Rápita es mucho más que un negocio on line. Es una buena ayuda a los fondos de la Cofradía de Pescadores de la Rápita, que por estructura fundacional no tiene más ingresos que las comisiones de las subhastas diarias en su lonja. O sea: los pescadores llegan a puerto cada día –si no hay tormenta– alrededor de las cinco de la tarde, desembarcan la mercancía pescada en el mar, la pasan por la cinta de la lonja y ésta cobra un porcentaje de la venta. Los ingresos cada día eran menores por el abandono constante de muchos pescadores, y la nueva junta pesquera creó Pesca Rápita como el único negocio posible con ánimo de lucro para la institución.

Hoy, Pesca Rápita gestiona la venta directa en dos pescaderías –en Sant Carles y Tortosa–, en la distribución a restauradores –básicamente catalanes y valencianos– y en la división on line y telefónica, Pescarapita.com. En todos los campos, la empresa pesquera persigue un sistema de excelencia fundamentado en la comunicación directa con los clientes y la gestión óptima de las incidencias. Sin ir más lejos, los pedidos llegan a Pesca Rápita mientras las embarcaciones están a 25 millas de la costa –45 kilómetros–, y la interlocutora –siempre y sin excepción, la simpática Espe– confirma los encargos sin saber al 100% si dispondrá de todo el producto. La llegada de material está sujeta a las inclemencias del tiempo, a los imponderables del oficio y a la competencia en la puja. Y es que ocurre algo curioso cada tarde en la Lonja: Álex, uno de los trabajadores de Pesca Rápita, tiene que competir con el resto de abonados en la consecución de cada producto. Pesca Rápita, por tanto, es en la lonja un comprador más, y adquiere los productos de acuerdo con los pedidos del día, pero algún abonado puede pasarle por delante. Si no consigue el pedido completo de algún cliente, Esperanza llama, pide disculpas al destinatario y, si es necesario, le compensa con alguna ventaja de precio o de producto. Sea como fuere, la mercancía saldrá a última hora de la tarde para Mercabarna –central logística de Barcelona–, y durante el día siguiente estará en casa de cada cliente.

Para la Cofradía, este tipo de venta es, de momento, un complemento a la lonja, una fórmula para estar más cerca de los usuarios y contribuir a paliar las dificultades que vive el sector. El responsable de venta directa de Pesca Rápita, Pedro Garriga, asegura que el único ánimo de la firma es “llegar al consumidor lo más directamente posible. Eso es precisamente lo que buscamos, porque es un valor añadido al pescado que estamos pescando. Si lo vendemos siempre en la lonja a los intermediarios, pues siempre estamos en las mismas condiciones, pero si vamos buscando líneas y vamos abriendo nuevos mercados, entonces el pastel se reparte un poco más y nos toca un trozo un poco mayor. En la lonja, ellos compran lo suyo y nosotros lo nuestro, y nosotros vendemos en la lonja como mayoristas y en Pesca Rápita como minoristas”.

Pedro Garriga es, además de directivo, patrono de uno de los barcos de la flota rapitenca, la nave “Chavo”. El actual presidente, Josep Tomàs Fèlix, y otros tantos miembros de la junta pesquera también zarpan a diario, y son plenamente conscientes de la necesidad de llegar lo más rápido posible al consumidor para arrancar márgenes y enderezar las perspectivas de su oficio.

Paralelamente, fuentes propias de los pescadores han admitido que, antes de entrar en la lonja, más de uno y más de cien –o sea, todos– intentan vender directamente sus mejores capturas a clientes de confianza. Así se aseguran mayores ingresos netos, sin tener que compartir importes con la Cofradía. Si bien la institución los representa a todos, la picaresca beneficia al que la practica y perjudica al que sigue las normas el pie de la letra. Con todo, la Cofradía hace la vista gorda, porque es algo que todos conocen.

En definitiva, la venta por internet “ha ayudado, pero no ha sido la solución a la crisis pesquera”, subraya Garriga. De hecho, en cuestión de pocos años muchas naves han sido desballestadas, y sus pescadores han cambiado de sector o han perdido el empleo. El encarecimiento de los precios del carburante, el recorte de ayudas europeas y la entrada de pescado procedente de mercados de todo el mundo han convertido la pesca en uno de los sectores en crisis a nivel nacional. “La venta directa a distancia es, por el momento, una de las esperanzas de cara a los próximos años, cuando la compra on line gane más terreno a la presencial”, asegura Pedro Garriga.

Pesca Rápita vende cada día unos 60 kilos de pescado por internet o por teléfono, que es muy poco comparado con las cuarenta toneladas que llegan a tierra a diario. Se trata de una apuesta de futuro y un instrumento de marketing. La principal herramienta de venta sigue siendo la lonja, renovada hace cuatro años con la tecnología más avanzada. Se trata de una subhasta a la baja, es decir, cada caja de pescado tiene un precio de salida, y una vez mostrada ante los pujantes, un marcador luminoso comienza a descontar su valor hasta que un comprador decide pararlo con su mando a distancia. Immediatamente, un equipo del adjudicatario recibe el producto y lo carga en su frigorífico.

Los que se sientan a diario en la grada de la lonja son básicamente responsables de pescaderías y restaurantes de la zona, aunque hay algún representante de negocios de otros puntos de España que actúa bajo demanda. Los abonados a la lonja no quieren esperar. Prefieren ver el pescado y el marisco en vivo y en directo para llevarse la mejor pieza a la cazuela. Su producto más apreciado es el langostino, primera espada de la pesca en el Delta del Ebro y con fama nacional entre gourmets. Pero como la Ràpita está lejos de casi todo el mundo, en la web podemos obtener información de esos crustáceos y del resto de variedades. Además, si ya hemos hecho el pedido, mientras llega podemos encontrar, también en la propia web, algún consejo para cocinar el género de forma original. Si es su caso, amigo lector, y este artículo le ha despertado el apetito de una buena caldereta, ¡que aproveche!

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