SISMASEN. Hormigones inteligentes para mejorar la seguridad de las construcciones

SISMASEN. Hormigones inteligentes para mejorar la seguridad de las construcciones

¿Se imagina que pudiésemos conectar una agenda PDA a los pilares de cualquier edificio, túnel o puente para saber al instante dónde necesitan una reparación, cuánto peso pueden soportar o si pueden ser ampliados? Estos son algunos de los objetivos de SISMASEN (Sistemas Materiales Sensados), un proyecto puesto en marcha por un joven arquitecto técnico de Almendralejo para fabricar una patente de hormigón armado combinado con fibra óptica que puede revolucionar el mundo de la construcción.

La idea de Julián Barragán consiste en que, gracias a este nuevo material, las construcciones contarán con una serie de sensores en sus estructuras internas, que permitirán registrar la más mínima alteración que se produzca en las mismas con el paso de los años, mejorando tanto su seguridad como los costes de mantenimiento.

Una patente que hará posible evitar muchos de los accidentes que se registran durante la propia fase de construcción de los edificios y otras grandes infraestructuras, como los ocurridos en las obras del túnel del Carmel de Barcelona o el puente del Genil en Córdoba.

Gracias a este sistema innovador ?los edificios dejan de ser piedras superpuestas ?explica Julián Barragán- y se convierten en construcciones inteligentes gracias a una red de fibra óptica que actúa como un auténtico sistema nervioso, que registra cualquier variación y almacena los datos?. Bastará entonces con conectar una simple PDA o un ordenador portátil para obtener su historial clínico… o la caja negra si ha habido, por ejemplo, un terremoto.

En este último extremo, SISMASEN sería la mejor manera de evaluar los daños sufridos y valorar los costes económicos para decidir si vale la pena restaurar o no una construcción. En el peor de los casos, sí son irreversibles, servirá igualmente para estudiar cual ha sido el comportamiento de los materiales y del diseño arquitectónico, precisar los puntos débiles y construir así edificios cada vez más seguros.

Huelga decir que zonas de gran riqueza y con una alta actividad sísmica, como Japón o la propia Silicon Valley, son de los primeros clientes potenciales que podrían estar interesados en implementar cuanto antes un sistema de estas características.

Pero este joven emprendedor y sus otros tres socios son conscientes de la dificultad de imponer una patente de este tipo a nivel internacional y, en el momento de redactar estas líneas, seguían concentrados, antes que nada, en acabar de obtener la fuerte inversión que necesitan para construir una fábrica en Navalmoral de la Mata. Unas instalaciones que crearán más de 200 puestos de trabajo directos y unos 2.000 indirectos.

Y es ahí donde, una vez más, como en otros casos presentados en este libro, el apoyo del Gabinete de Iniciativa Joven (GIJ) ha resultado decisivo como aval de credibilidad para contactar con las fuentes de inversión.

?Nos organizaron un encuentro con cinco inversores privados y cinco públicos. Cuando empezamos a explicarles el proyecto, algunos hicieron bromas de si se trataba de algo de la Guerra de las Galaxias. Sin embargo, en cuanto lo analizaron, no tardaron en llamarnos para seguir adelante y ahora estamos seguros de que lo vamos a conseguir?, afirma.

?El problema es que empezamos hablando de 6 millones de euros. Pero, tras consultar con uno de las mejores consultorías de ingeniería, sus expertos quedaron tan impresionados con nuestro proyecto que nos recomendaron ser más ambiciosos y construir unas instalaciones mayores, que ascienden a 25 millones de euros?, añade este joven emprendedor.

De esta manera, al final, el proyecto de SISMASEN contempla la construcción de unas instalaciones ?mucho más innovadoras que las que originalmente habíamos previsto como de una simple fábrica de hormigón prefabricado y otra de fibra óptica, que ya de partida, no eran tan simples?, comenta.

Dichas instalaciones albergarán dos laboratorios de I+D para seguir innovando en la hibridación de estos dos materiales. Se creará así, ?uno de los mejores centros de investigación del mundo sobre esta materia?, según apunta Barragán.

Además, gracias a la firma de un convenio privado con la Universidad de Valencia, este centro trabajará codo con codo con los investigadores de la misma, los grandes pioneros a nivel internacional en este campo.

?La investigación sobre el uso de la fibra óptica en la construcción no ha hecho más que comenzar, porque su papel como sistema nervioso que da vida a todo tipo de estructuras es ilimitado. Como, por ejemplo, detectar al instante el punto exacto de una fuga en un gaseoducto de miles de kilómetros?, afirma.

En las alas de los aviones

Según explica este joven arquitecto, ?la cuestión de cómo medir el estado de conservación de una estructura me empezó a obsesionar a finales de mi carrera?.

?Hasta ahora se ha llegado a sacar un trozo de hormigón o dispararle una escopeta para evaluar su estado de conservación. También hay diversos aparatos de medición por intensidades eléctricas. Pero ninguno resulta preciso, porque el hormigón no es un material homogéneo?, constata Barragán.

Así que estuvo dándole vueltas a varios proyectos ?hasta que un día, tomando un café con mi amigo Julio Muñoz Gallarín, que es ingeniero de telecomunicaciones, me comentó cómo ya estaban utilizando fibra óptica para estudiar el comportamiento de las alas de los aviones?, apunta.

?Enseguida lo vi claro y con la ayuda de Julio, gracias al cual hemos llegado hasta donde estamos, y la entrada de dos socios inversores más, en el año 2004 decidimos fundar SISMASEN?.

Uno de las principales rémoras del hormigón sensado hasta la fecha era el coste de la fibra óptica, que puede suponer todavía un incremento de entre un 5 y un 15% del presupuesto de la obra. ?Pero hay que subrayar que, además del constante abaratamiento de este material, es una inversión que se amortizará rápidamente en cuanto las aseguradoras y la administración empiecen a exigir hormigón sensado en todas las nuevas contratas, tanto por razones de seguridad como por ahorro en los costes de mantenimiento?, afirma.

?Por otro lado, también resulta bastante sencillo implementar redes de fibra óptica en los edificios ya construidos, que pueden servir, además, para albergar otro tipos de servicios como las conexiones de banda ancha de Internet, telefonía, televisión por cable, etc.?, añade.

Innovar en Extremadura

?Es cierto que he recibido alguna oferta para construir la fábrica en otras comunidades autónomas ?señala-. Pero, esta es mi tierra. Y también se ha de decir que las instituciones extremeñas se han concienciado mucho en los últimos años de que la única apuesta de futuro es apoyar a los innovadores, como demuestra la misma creación del GIJ. Por ello, creo que Extremadura empieza a tener todo lo necesario para invertir e innovar desde aquí?.

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